El 21 de septiembre a las 10 de la
mañana se realizó un simulacro de prevención de desastres en el hospital
primario San Francisco de Asís de Camoapa en el cual debían participar todos
los pacientes sin excepción y no se contó con la ayuda de médicos y enfermeras,
algo que parece ilógico.
Antes del simulacro no se explicó
el procedimiento a ninguno de los pacientes y tampoco se conocía el punto de
seguridad.
Al llegar la hora del simulacro los
hospitalizados prácticamente fueron obligados a salir sin importar el riesgo que
corren los pacientes que la noche anterior habían sido sometidos a cirugía por
diferentes enfermedades, incluso las mujeres que habían sido sometidas a cesárea
tuvieron que levantarse de sus camas y salir con sus bebes en brazos. El peso
de sus cuerpos, más el bebé en brazos en una situación como la que vivieron
puede abrir las heridas y desencadenar consecuencias graves en las pacientes.
Lo interesante de todo esto es que
quienes debieron estar ayudando, salieron corriendo y solamente quedó la
persona encargada de ir por las salas diciéndole a cada grupo de pacientes que
debían salir y no como una opción sino como una obligación.
Cuento la historia porque mi esposa
está hospitalizada en la primera sala de mujeres donde había dos mujeres más con
sus bebés y todas sometidas a cirugía entre el 18 y el 20 de septiembre 2018.
Mi esposa es uno de los casos de
mayor riesgo ya que prácticamente fue torturada por las contracciones de parto y los exámenes de taco por dos días hasta prácticamente quedar sin aliento (por negligencia) antes que
decidieran someterla a cirugía. La situación de mi esposa es conocida en
detalle por el doctor Marcos Juárez director de dicho hospital.
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